Blog turismo 13.10.2016 5 prácticas que nunca debe tener un crítico gastronómico Presentar nuevos restaurantes y platos al público que busca experiencias gastronómicas. Este es el trabajo de un crítico gastronómico, una profesión cambiante a la que los blogs y medios digitales han dado un nuevo impulso. Desde Ostelea, os presentamos las 5 cosas que no debe hacer un crítico gastronómico profesional: 1.- Dejar que le inviten Nunca, bajo ningún concepto, un buen crítico gastronómico debe irse del restaurante sin pedir la cuenta. Esta es una norma básica, ya que pagar la correspondiente cuenta es una demostración de transparencia. Y ser transparente es indispensable para esta profesión. Con los nuevos tiempos de blogs, redes sociales y portales gastronómicos, el número de “críticos” de restaurantes va en aumento y con ello el consecuente abuso de alguno de ellos por tal de comer de forma gratuita. Si el crítico quiere que se respete su trabajo debe ser él el primero en mostrar respeto. 2.- Tener una relación con el restaurante Una crítica gastronómica nunca debe ser una publicidad para el restaurante. Algunos de los profesionales que se dedican a valorar restaurantes, acostumbran a trabajar para agencias o revistas de ocio, que a su vez tienen relaciones con determinados grupos de restauración. Un buen crítico gastronómico no puede depender nunca de presiones externas para valorar los locales que visita. De esta forma, gozará de total libertad para dar su opinión. 3.- Escribir en un lenguaje demasiado técnico El buen crítico gastronómico no debe caer en el error de utilizar un lenguaje incomprensible para el lector. Un buen periodista debe ser claro en sus redactados y un crítico no debe ser menos. El lenguaje técnico para las publicaciones profesionales está muy bien, pero para dirigirse al público final, hay que compartir conocimientos y experiencias, no escribir poesía. 4.- Utilizar su posición para el propio beneficio Al igual que no dejar que le inviten, un buen crítico gastronómico no debe nunca hacer chantaje al restaurante en cuestión. Por muy extraño que pueda parecer, expresiones como “si no me das mesa no te saco en el artículo”, son cada vez más habituales. Demuestra muy poca profesionalidad hacer presión para que te traten mejor o incluso amenazar al dueño del restaurante con hacer una mala crítica. 5.- Convertir la crítica en una alabanza personal Detrás de los platos está el equipo humano que los ha realizado, pero no podemos olvidar que la crítica es gastronómica, no sobre la vida privada de los cocineros. Juzgamos el resultado final del trabajo y todo aquello que nos transmite. No debemos entrar en el juego de recrearnos con datos personales de los chefs porque… ¡Aquí hemos venido a hablar de gastronomía! Compartir