Blog turismo 07.09.2018 El concepto Easy Living, un hotel sin barreras Respondiendo a la necesidad de cambio en los servicios de hospedaje que se prestan actualmente, algunas empresas hoteleras han empezado a innovar en la manera de atender a sus clientes adaptándose al concepto de easy living. Un estilo que busca hacer más cómoda la experiencia del consumidor desde todas las perspectivas. Esta tendencia prima la calidad de los servicios que se ofrecen en términos de alimentación, acceso a la tecnología e infraestructura. Es por ello que la primera medida implantada en los hoteles de el estilo es suprimir cualquier estructura física que suponga una barrera entre el cliente y el proveedor de servicio; como es el caso de la recepción y los lobbies. Los hoteles easy living dejan de imponer al usuario los lugares y momentos en los que debe actuar de una determinada forma. Es el propio huésped quien decide dónde realizar las actividades que requiere, contando con espacios cómodos y atractivo. En empresas como AccorHotel, estos cambios también se han aplicado en la forma en que los usuarios hacen su registro. El check-inpasa de ser un proceso rutinario obligatorio a una oportunidad para entablar una relación cordial con el cliente. La barra de comidas se convierte en otra estrategia de innovación, pensada para los consumidores de hoy que buscan alimentos sanos, que revelen a su vez la cultura del lugar donde se hospedan. Además del uso de los alimentos orgánicos en la gastronomía, el cliente de un servicio easy living busca encontrar en la habitación cualquier elemento que sea amigable con el medio ambiente. Los espacios más privados son ideales para descansar, para trabajar, para leer o para cualquier actividad que se requiera en determinado momento. En el grupo Novotel, por ejemplo, el trato al usuario es otra de las prioridades. Un cliente que se siente a gusto con la forma de relacionarse con los empleados del hotel, seguramente acudirá nuevamente a los servicios de la compañía. En definitiva, con el easy living desaparecen las barreras, creando un espacio más familiar y social, en el que el cliente decide qué hacer y dónde en cada momento. Esta realidad supone un cambio de mentalidad en los hoteleros, acostumbrados a marcar los espacios donde el cliente debe actuar de una determinada manera. Es el cliente quién decide dónde se toma el café o dónde se socializa, gracias a un ambiente y una decoración que contribuyen a ello. Compartir