Noticias 07.05.2019 En defensa de un turismo sostenible, equitativo y responsable Pablo Díaz ha realizado un tour por las universidades más prestigiosas de México en el que ha defendido los valores de un turismo sostenible y responsable. El doctor Pablo Díaz, profesor e investigador del Centro de Investigación, Divulgación e Innovación turística IDITUR EAE Ostelea, ha impartido una serie de ponencias sobre turismo sostenible en las universidades más prestigiosas de México. Durante su estancia en territorio azteca, el doctor en Estudios Medioambientales ha analizado la problemática de la turistificación en una serie de conferencias tituladas “Aprendiendo de los errores y los aciertos de Europa”. El profesor analiza el fenómeno de la gentrificación y el cambio climático. En este marco, defiende la necesidad de generar contextos de gobernanza en los que se privilegie la voz de las poblaciones locales en la toma de decisiones y la aplicación de modelos científicos que tengan en cuenta la interrelación existente entre el territorio y la sociedad “como estrategia para potenciar los efectos positivos del turismo y limitar los negativos”. Para el PdD de Ostelea, el turismo es un hecho social que afecta a todas las facetas de la sociedad y la vida. Por ello, conlleva toda una serie de efectos socioecológicos que afectan físicamente al territorio y a las personas que en él habitan, tanto en su faceta individual (status, autoestima) como en su calidad de vida. Para una adecuada gestión de estos efectos, “es preciso comprender el destino de forma holística, fomentando el diálogo entre las lógicas institucionales, científicas y locales”, explica Díaz. La falta de implicación o entendimiento por parte de las poblaciones locales provoca en muchas ocasiones el fracaso de muchos desarrollos por no haber tenido en cuenta ciertas circunstancias como las afecciones socioeconómicas, socioculturales o por el sentimiento de banalización simbólica de ciertos referentes identitarios. El experto hace referencia al Índice de Irritación de Doxey (1975) y al Ciclo de vida de los Destinos Turísticos de R.W. Butler, (1980) como teorías que ya apuntaban al supuestamente reciente (y mal llamado) concepto de ‘turismofobia’. Enfatiza en este sentido, como un factor determinante, el fenómeno de la Gentrificación. Ésta, entendida como un proceso físico, económico y cultural por el cual un espacio urbano es reestructurado para lograr una revalorización capitalista del espacio, generando un aumento del nivel económico requerido para habitarlo (alquileres, servicios básicos, productos de ocio, etc.) y una transformación de las prácticas cotidianas (utilización de lugares de recreo, esparcimiento o socialización, redes vecinales, etc.) que provoca la expulsión de las clases populares y la colonización de sus lugares por clases sociales con mayor capacidad económica (Glass, 1964). Pablo Díaz advierte de los efectos negativos de turistificación a nivel social en barrios y ciudades. Este fenómeno voraz es, a la vez, causa y efecto de las dinámicas de gentrificación y fomenta que los espacios servicios o comercios, por ejemplo, pasen a concebirse más para su consumo turístico que para su uso vecinal. Ejemplos de fenómenos de Turismofobia en Europa muestran como dinámicas clave la privatización y congestión del espacio público, el aumento del turismo de cruceros, el incremento de los precios de la vivienda o la pérdida de población adquisitivo de la población local. Buen ejemplo de ello es la ciudad de Venecia, con más de 34 Millones de excursionistas. El efecto, el Síndrome de Venecia ha propiciado la saturación turística y el éxodo de la población local a la periferia de la ciudad. Otro caso ilustrativo es la ciudad de Berlín, que ha pasado de 9,6 millones de visitas en 1999 a 30,3 millones en 2015. En la capital alemana, la reacción social frente a la presión turística ha estado marcada, no tanto en contra del turismo, sino por las reivindicaciones por el aumento de los alquileres y la gentrificación. Barcelona es el tercer caso expuesto por Pablo Díaz, un referente de la expulsión vecinal consecuencia entre otros factores, de la mala gestión turística y la especulación inmobiliaria y del espacio público. En este caso, se ha generado un gran malestar respecto al desarrollo turístico vinculándose directamente con el precio de los alquileres y de la vivienda y las afecciones a la cotidianidad. El turismo ha pasado así a encabezar la lista de los problemas más graves percibidos en la ciudad condal por sus habitantes. En este marco, Pablo Díaz establece la necesidad de contextualizar y establecer un diálogo entre agentes implicados (gobernanza), fomentar la participación local y realizar análisis científicos rigurosos del destino: sociales y territoriales (socio-ecológicos). El objetivo es alcanzar una gestión adecuada y particularizada del destino que permita un turismo responsable, reduciendo las repercusiones locales y potenciando un desarrollo patrimonialmente sostenible, económicamente rentable y socioculturalmente equitativo. Compartir