Noticias 01.06.2017 “La gastronomía es una de las fuentes principales de identidad y de orgullo para las comunidades locales” Tras el éxito de su última edición, la Oficina Mundial de Turismo (OMT) junto a Basque Culinary Center, celebró, de nuevo en Donostia-San Sebastián (lugar escogido también para su primera edición), el Tercer Foro Mundial de Turismo Gastronómico. El evento, organizado durante los días 8 y 9 de mayo de 2017, reunió a más de 250 participantes provenientes de diversos países (alrededor de unos 60). Los invitados pudieron debatir sobre la estrecha relación entre el turismo gastronómico y la sostenibilidad, dentro de un marco muy especial, la designación por Naciones Unidad de este año 2017 como el Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo. La gastronomía, a día de hoy, es un valor añadido para los turistas, y su atractivo dentro del turismo va en aumento; las experiencias gastronómicas ayudan a diversos destinos turísticos a fortalecer su imagen. Por ello, uno de los objetivos de estas jornadas es realzar el vínculo entre la gastronomía y el turismo, pretendiendo sensibilizar sobre la necesidad de un turismo sostenible. La jornada fue inaugurada por Joxe Mari Aizega, Director General de Basque Culinary Center; Taleb Rifai, Secretario General de la OMT; Eneko Goia, Alcalde de Donostia-San Sebastián; Denis Itxaso, Diputado de Cultura, Turismo, Juventud y Deportes de la Diputación Foral de Gipuzkoa; y Alfredo Retortillo, Consejero de Turismo, Comercio y Consumo del Gobierno Vasco. El evento comenzó con una Ceremonia de apertura, donde Joxe Mari Aizega, Director General de Basque Culinary Center declaraba: “El desarrollo de un turismo gastronómico sostenible debe de implicar a todas las fases de la cadena de valor en el turismo gastronómico. Para ello, la concienciación y la educación son fundamentales”. A su vez, para concluir el acto de presentación, Taleb Rifai, Secretario General de la OMT añadió: “Además de crear beneficios económicos, la gastronomía es una de las fuentes principales de identidad y de orgullo para las comunidades locales; ya que viene derivada de la herencia local y de la tradición. La gastronomía también proporciona la oportunidad de revitalizar y diversificar el turismo”. En el primer día del programa se trataron temas como el turismo gastronómico, instrumentos y herramientas para el desarrollo sostenible, la experiencia de las religiones y acercamientos a las culturas. En esta jornada participaron ponentes de diferentes países. Entre otros estaban Adela Barderas, profesora, investigadora y consultora, de Basque Culinary Center; Stephan Gösling, Profesor de la Universidad de Linnaeus; Anne-Mette Hjalager, Profesora de la Universidad del Sur de Dinamarca; y Michael Atwood Mason, Director del Centro para la Herencia Cultural y Folklórica del Instituto Smithsonian (EEUU), entre otros. A lo largo de la tarde, mediante la exposición de una serie de iniciativas de éxito en turismo gastronómico, los invitados pudieron intercambiar con los diversos ponentes, sus impresiones y experiencias. El último día del evento permitió a los diferentes asistentes conocer en una mayor profundidad el País Vasco, durante la realización de seis talleres. La finalidad de esta segunda jornada era descubrir la experiencia en la creación de productos de turismo gastronómico sostenible, en diferentes localizaciones como Donostia (San Sebastián), El Goierri – Territorio Idiazabal, Kosta Gastronomika, Rioja Alavesa, Hondarribia (Fuenterrabía) y la Ruta de la Sidra – TXOTX. El evento concluyó de nuevo en las instalaciones de Basque Culinary Center, donde Iñaki Gaztelumendi, Consultor de turismo gastronómico y Consultor de la OMT, con más de 20 años de experiencia en el sector turístico, expuso las conclusiones del evento con una charla breve. Entre estas reflexiones, Iñaki Gaztelumendi destacaba el valor añadido que aporta la gastronomía a la elección de un destino por parte de un viajero. Por ello se habla de un turismo gastronómico, el cual será sostenible al cumplir cinco pilares esenciales: el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el uso eficiente de recursos, la protección ambiental y la lucha contra el cambio climático, la protección de los valores culturales, la diversidad y el patrimonio, y el entendimiento mutuo, la paz y la seguridad. El viajero no es un ente externo en esta ecuación; es una parte activa dentro de la sostenibilidad. Esta responsabilidad se debe introducir dentro de “la cultura del viajero”. Las instituciones públicas, privadas, empresas y profesionales también deben sumarse a la responsabilidad del viajero. “La marca turística es el resultado de un esfuerzo colectivo. Debe ser creíble y representar los auténticos valores del destino.” Compartir